Abro mi tablet
conecto el teclado
y trato de recordar una idea
mi hijo se sienta a mi lado
saca su cuaderno de inglés
y hace su tarea
lo miro
veo sus diez años
y contrasto
con el recuerdo que me trajo Facebook
esta mañana
me aferro todos los días a los facerecuerdos
-acaricio ese tiempo
que no sé por dónde se fugó-
tras el cristal empañado de mi mirada
me brotan abrazos
-pero los contengo
no lo quiero asustar-
y lo miro
a él
y a las hormonas que amanecen
en ese grano nuevo.
A lo lejos escucho el mugir tortuoso de unas vacas
es la primera vez que las oigo
desde que nos vinimos a vivir
al pueblo
y las siento claro y distinto
como esta nostalgia
por el bebé suave que ya nunca más será el mismo.
Él se acerca
lee lo que acabo de escribir
con un tono despreocupado
“yo también escuché los muuuu muuuu mamá”
y sigue avanzando en la lectura.
¿por qué hacés poemas tan tristes, mamá?
y yo sólo lo abracé
porque creo que nunca tendré otra respuesta para darle.
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