Vengo en fuga desde el resto de mi vida
y digo: ya basta.
Es hora de mirar el espejo
y jugar a encontrarme.
Un espacio para que lo que aparece, no desaparezca en la fugacidad.
Vengo en fuga desde el resto de mi vida
y digo: ya basta.
Es hora de mirar el espejo
y jugar a encontrarme.
Dicen que todo ya está dicho
repetido
(mera sombra de lo mismo)
y en ese todo, que dicen luz
lo distinto
lo señalan como oscuro
y lo oscuro, claro está,
no es señal de iluminado
¡necios!
¡como si la luna no fuese capaz de brillar en su propia palabra!
y una corona rota, teje escarpines de hambre
y una cruz hacia el frente, es bandera de sangre
y una lengua enroscada, mata lo que no entiende
y una gota de agua, es eco del llanto que viene
y un Dios aferrado a la nada, mira, ausente,
a una tierra usurpada en su nombre,
por los siglos de los siglos.
Prólogo repetido en libro
y un yo que te usa para lastimarme
para bloquearme en dolor
y escaparme
___________alejarme
de la puerta cerrada que ya ni recuerdo.
Porque se trata de eso
de que ya ni recuerdo al recuerdo
y todo tu vos es naftalina
que me deja demasiado intacta
justo cuando necesito romperme
y ser algo distinto a una burbuja de dolor.
Un unicornio me sube a su lomo y el cuerno se resbala de mis manos. Me caigo. No hay suelo, sólo hueco. Sólo agujero de conejo y un fondo que no termina. La velocidad me cierra los ojos y el aire me encapsula el vértigo. Esto es muerte, seguro. Pero no. Ahora el tiempo se transparenta en suspensión. Floto. Huelo rosas que me abren los ojos y después pan tostado y risas y llanto. Me pierdo en una veintena de cabelleras. Todas distintas, gemelas. Todas llenas de vigilantes ciegos, de laberintos de espejos que deforman el tiempo. Mi cabeza de avestruz bosteza. La tierra me respira. Me duerme. Y por fin sueño con unicornios abrojados.
Conciente, percibo lo que no es
presencia sin momento
sólo hechos ausentes
libres de género.
Me interrumpen
me internan en el curso de una vida
me sueñan - me duermo - no existo.
Me vuelven a concebir
me suponen
me arrastran desde el no existir
hacia un mí mismo que no me es propio.
El anonadamiento me sobrevive
no renuncio - me refugio
el exterior no lo percibe.
¿Por qué los opuestos me conciben?
(porque no fue deseo inteligente
sólo movimiento del movimiento)
Lo lleno es lo opuesto de ellos
y me rebalso de vacío
y me sujeto a un objeto
(mentiroso recuerdo)
¿Soy presente porque pienso,
aunque piense el por-qué-no de mi ausencia?
Me detengo.
Me resuelvo:
soy sólo una idea sola
distinta - confusa
una situación - un sentimiento
una experiencia de experimento
la imaginación de un pesar sin deseo
o un deseo sin pesar
sin pensar
o la nada (toda llena),
pensándose.