Mi locura está enloqueciendo
se escapa de mí
-se sale, se me sale, se me escapa-
pero no le escapo a estas ganas de tristeza
porque no es tristeza lisa y llana
es la tristeza de no tener motivos para entristecer
-¿acaso hay algo más triste que eso?-
es escribir con la garganta hecha un nudo
y las palabras anudadas en la nada
y la nada moviéndome como subibaja
-ahorcándome en vértigo-
me siento caer
y me siento volar
y me siento reír
y llorar
y después jugar
y reír
saltar
cantar
bailar
y la risa se convierte en grito
y el grito en ahogo
y el ahogo en sedantes.
No.
No quiero sedantes.
Me dan miedo.
Me da miedo no darme cuenta de que no estoy sintiendo.
Prefiero la tristeza, me mantiene viva.
Porque cuando río, río fuerte, con ganas, como loca
río y me desbordo en ríos
y después me olvido y lloro
y después me olvido y grito
y me ahogo
y no quiero sedantes.
No.
Prefiero seguir escribiendo
con la garganta anudada
para no desatarme
y no dar motivos para que me aten con sedantes.
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